Las palabras de mi esposa retumbaron en la habitación - "No te la quites, no te la saques".Obedecí, sintiendo su deseo.Su coño apretado se llamó, y me sumergí, sus gemidos llenaban el aire.Ella controlaba nuestro ritmo, sus expertas habilidades orales me volvían loco.Nuestra pasión, cruda y sin filtros, condujo a un clímax explosivo.